Pese a la cantidad de pedidos de condena perpetua que no prosperaron y a las cuatro absoluciones, la sentencia de los magistrados del Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF) no conformó a los familiares de las 41 personas -militares, policías y civiles- que estaban imputadas de la megacausa Arsenales II-Jefatura II.
Al igual que lo hicieron los parientes de las 212 víctimas -cuyos casos eran investigados en este juicio-, también manifestaron su bronca tras la lectura del fallo, aunque con menor intensidad. “Esta gente que está acá (por los imputados), y muchos que ya han muerto, han defendido lo que es digno: un país. Porque si no, estaríamos dominados por ‘yanquis’ (sic), por Montoneros, por todas esas cagadas. ¿Qué podemos hacer nosotros? ¿Decir que hubo justicia? No hubo”, protestó el único familiar de quienes fueron enjuiciados, que dijo llamarse Juan Carlos Soprano.
Su voz resumía en declaraciones lo que sus compañeros entonaban en cánticos: “Ya te queda poco tiempo; nunca más van a volver”, le cantaban a la presidenta, Cristina Fernández, a quien se referían también con graves insultos. También se oyó la frase: “algo habrán hecho”, gritada por una mujer que apuntaba su voz hacia donde estaban los parientes de las víctimas. “Zurdo” también le gritaron al gobernador, José Alperovich.
Soprano explicó la bronca hacia los Gobiernos nacional y provincial. “Hoy vos salís a la calle y no sabés cómo volvés, si es que volvés. Porque esto no es democracia: llevamos 30 años de ‘cerdocracia’ (sic)”, manifestó. Y agregó: “Justicia hubo para todos los saqueos, para todos los choros (sic), para todos los políticos que roban a mansalva; hasta nuestro propio gobernador”, expresó. Mientras, el resto del grupo cantaba en apoyo a quienes habían sido imputados, que salieron trasladados en diversas combis. Incluso los absueltos.
Precisamente, en medio de la bronca, celebraron las absoluciones de los civiles José Mijalchik (sacerdote) y Juan Carlos Benedicto. Ambos fueron absueltos por el principio de la duda. “Eso fue un logro; ahí pudimos decir que salimos adelante, que estamos bien. ¿Qué tiene que ver un cura, qué tiene que ver un contador (N. de la R.: Benedicto es escribano y procurador), que simplemente ha estado involucrado en algo que no le correspondía, ha estado en un momento, horario y lugar inadecuado, nada más? Me parece perfecto”, consideró.
Cuestionó, sin embargo, los dos años de prisión que recibió como pena María Elena Guerra, que había sido acusada de ocupar ilegalmente la casa de dos víctimas del terrorismo de Estado. Se pedían cuatro años de prisión para ella. “Una mujer como ella, ¿debe ir dos años presa porque usurpó una casa? ¿Y cuántos deberían ir presos porque usurparon terrenos? A ellos no se los juzga. Hay injusticia, y es la ‘cerdocracia’ en que vivimos hoy”, afirmó, indignado.